La Presión Arterial Alta o Hipertensión Arterial Sistémica, como la llamamos nosotros los médicos a la enfermedad, la padece uno de cada cuatro mexicanos adultos en la actualidad. ¿Y sabe Usted qué es lo mas sorprendente? Que sólo la mitad de ellos se sabe con dicho padecimiento. La otra mitad de pacientes con Hipertensión lo desconocía. ¿Y sabe Usted por qué? Pues porque por muy sorprendente que parezca, habitualmente la Hipertensión no causa NINGÚN síntoma, sí, leyó Usted muy bien, la enfermedad no produce ningún síntoma y es por eso, que las personas hipertensas que desconocen padecerla, no se dan cuenta de que son portadoras de la enfermedad hasta que es detectada por su médico, la mayoría de las veces, de forma circunstancial.
Pero entonces, ¿por qué se nos han hablado, leído o dicho, inclusive por el mismo personal médico, que síntomas como dolor de cabeza, mareo, zumbido de oídos, pesadez, debilidad, sangrado de la nariz o del ojo, entre otros más, son síntomas de presión alta? Esto se debe a que las personas que padecen dichos malestares, habitualmente acuden al médico cuando estas molestias son ya muy incómodas, causando irritabilidad y angustia en la persona ante la incertidumbre de lo que está sucediendo con su estado de salud, provocando que en el organismo, se libere una respuesta neurohormonal la cual produce una elevación en las cifras de presión arterial, detectándose dicha elevación al momento de la toma de presión, deduciéndose de manera errónea de que la hipertensión es la causa de los síntomas y naciendo de allí la creencia o mito de que la enfermedad sí los genera.
¿Cómo es que nosotros los médicos cardiólogos podemos estar seguros de que los síntomas tradicionales de presión arterial alta no son de riesgo para las personas? En un estudio publicado en la revista médica American Journal of Hypertension se demostró que los dolores de cabeza recurrentes que padecían los pacientes con hipertensión, nunca estuvieron asociados a riesgo de muerte o complicaciones graves de la presión arterial. En el caso de las sangrados de la nariz y del “ojo rojo”, se han atribuido a la resequedad del ojo y de la nariz, a la fragilidad capilar de los vasos sanguíneos, a las lesiones traumáticas de dichos órganos, a la tos intensa y a los fuertes estornudos más que a la propia hipertensión arterial. También se han estudiado a los mareos como síntoma de hipertensión y, curiosamente, contrario a lo que se cree, el mareo se ha asociado más a síntomas o episodios de presión arterial baja que de presión alta.
Por otro lado, también se ha estudiado la frecuencia con que aparecen éstos síntomas tanto en las personas con hipertensión como en personas sanas, demostrándose que dichos malestares no son más frecuentes en pacientes con hipertensión; que tanto las personas sanas como las hipertensas, sufren por igual dichos síntomas, concluyéndose que la Hipertensión Arterial no es un factor causante de tales malestares.
Si la presión arterial alta no genera síntomas característicos, entonces ¿cómo puedo yo darme cuenta si soy hipertenso? La respuesta es muy sencilla: MIDIÉNDOLA. Sí, sólo midiéndola. En la actualidad, los dispositivos para medir la presión arterial se encuentran muy al alcance de las personas. Los podemos encontrar en las farmacias o en tiendas de material de curación, son fáciles de utilizar y lo mejor es que son digitales o automáticos, no necesitando de mucha ayuda en la mayoría de las ocasiones para utilizarlos. Si Usted está pensando en la actualidad de que probablemente tenga la enfermedad, la recomendación es que adquiera un equipo automático, realícese por lo menos de 5-10 tomas de presión en su domicilio u oficina al azar y los resultados llévelos a su Médico General o Cardiólogo de cabecera para que estas mediciones puedan ser interpretadas y dictaminar de la existencia o no, de Hipertensión Arterial en Usted.
En conclusión, la Hipertensión Arterial Sistémica es una enfermedad cada vez más frecuente y con muchas complicaciones si no se diagnostica o se trata a tiempo. Los síntomas tradicionales como los que hemos mencionado, no son una fuente confiable para confirmar o descartar el diagnóstico de la enfermedad, ni tampoco para evaluar si está bien o mal controlada. Para una detección oportuna del padecimiento, lo ideal es que Usted se mida la presión arterial de manera frecuente y lleve los resultados a su médico para que sean analizados por él. Recuerde, la Hipertensión Arterial es el “Asesino Silencioso”.